El envasado de queso desempeña un papel importante a la hora de mantener la calidad, prolongar la vida útil y mejorar el atractivo en el lineal. Dado que el queso es un alimento perecedero, su envase no sólo debe resistir la contaminación y el impacto físico, sino también garantizar la conservación de su sabor fresco y original. Un buen envasado asegura que el queso se mantenga en óptimas condiciones desde la producción hasta el consumo final, protegiendo el sabor, la textura y la nutrición del queso. El embalaje también puede prolongar significativamente la vida útil de un producto al protegerlo del oxígeno, la humedad y la luz que podrían provocar su deterioro. Además, el bonito envase del queso también juega un papel muy importante en la percepción y las decisiones de compra de los consumidores, haciéndolo destacar entre muchos productos en el lineal.